La unión que venció al Covid en Alcaracejos: 41 días de confinamiento junto a los ancianos
Las trabajadoras del Centro de Alzheimer se encerraron el 31 de marzo junto a sus residentes | La directora y tres empleados concluyen este domingo su confinamiento voluntario, coordinado con un relevo grupal a finales de abril con todos los test negativos
FUENTE :CORDOPOLIS
Trabajadoras del Centro Andaluz de Alzheimer de Alcaracejos.
El 31 de marzo, las trabajadoras del Centro de Alzheimer de Alcaracejos tomaron una decisión: pasarían la cuarentena confinadas allí con los residentes para evitar que el coronavirus traspasara las puertas del centro y afectara a los mayores, población de alto riesgo ante el Covid-19. Ese confinamiento se ha ido alargando como las prórrogas del estado de alarma y, con la satisfacción de haber mantenido a raya al virus, este domingo abandonarán el encierro las últimas trabajadoras, tras 41 días confinadas.
Sin ningún caso entre la plantilla ni entre los usuarios del centro, las trabajadoras tomaron esta medida tras ver cómo en otras residencias de personas mayores el coronavirus hacía estragos. Fuera quedaban sus familias y todo un pueblo que las ha apoyado en todo este tiempo, orgullosos del esfuerzo personal de cada una de las 17 trabajadoras que tomaron la decisión de quedarse dentro en un primer momento.
Cuando, semanas después, la situación seguía bajo control, un grupo de estas trabajadoras salió del confinamiento el 21 de abril. En ese momento, cuatro trabajadoras de refuerzo y otro grupo de las que se quedaron fuera en un principio -la plantilla al completo suma medio centenar de empleados-, con las pruebas del Covid-19 hechas y con resultado negativo, entraron de relevo. Pero, en todo este tiempo, semana tras semana y hasta este 10 de mayo, la directora del centro (Ylenia) y otros tres trabajadores -Virginia (auxiliar), Mari Carmen (cocinera) y Rafael (pinche de cocina)-, se han mantenido en el confinamiento: 41 días, la verdadera cuarentena.
El resultado conseguido ha sido no registrar ni un solo caso de coronavirus. “Es una satisfacción personal para todos los trabajadores”, cuenta a CORDÓPOLIS la directora del centro, Ylenia Polvoreda. “Somos un equipo muy unido. Si no, esto no hubiera sido posible”, dice para explicar cómo, desde el principio, se establecieron turnos intensivos, “un cuadrante adaptado”, entre el personal que se quedó confinado y cómo, unas con otras, han sido un apoyo mutuo en estas duras semanas.
Todas las actividades del Centro de Alzheimer de Alcaracejos se adaptaron a la situación: medidas de distanciamiento entre los mayores, refuerzo de la higiene y suspensión de las actividades de grupo que, en un primer momento, pudieran propagar el virus si alguien lo portaba. Pero todos, los 59 residentes y las 17 trabajadoras que se confinaron, han estado libres de coronavirus gracias al confinamiento voluntario.
Preparación especial, medidas de higiene y familias en videollamadas
A todo ello ayudó también recibir, al inicio de la crisis sanitaria, cursos preparatorios sobre cómo frenar la posible expansión del Covid-19 por parte de las autoridades sanitarias y hasta de una médica de la localidad que estuvo de cooperante en África, habituada a extremar la precaución en la lucha contra epidemias víricas.
El centro se dividió por zonas, se aprovisionó de material limpio y desechable por si aparecía algún caso positivo y se extremó la limpieza en las instalaciones. Todo para mantener la seguridad ante una amenaza invisible que les ha separado de sus familias pero les ha servido para mantener sana a la población más desprotegida ante el coronavirus.
Durante todo este tiempo, el contacto con el exterior, con sus familias y sus vecinos, lo han mantenido a través de videollamadas, mensajes y llamadas telefónicas. Su pueblo les ha mostrado semana tras semana el orgullo por su implicación en la salud de los más vulnerables y las trabajadoras “le hemos devuelto el agradecimiento también con vídeos que hemos hecho aquí dentro”, cuenta Polvoreda, recordando emocionada un pequeño homenaje sorpresa que le hicieron a las cuatro personas que concluirán su encierro voluntario tras 41 días.
En la última semana, con el permiso para que la población pueda salir a hacer deporte y pasear, quienes siguen confinadas en el centro de mayores han podido ver, aunque fuera de lejos, a sus familiares, a sus parejas e hijos, de los que llevan semanas separadas. Este domingo, la misión con la que retaron al virus pone un punto y seguido. Las medidas extremas de prevención seguirán en el centro. Pero el triunfo ya es para quienes lo dejaron todo para quedarse con sus ancianos.