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La incertidumbre se instala en la ganadería ante la carestía sin fin de los piensos y la incertidumbre económica que genera

La escalada de precios de los piensos para el ganado parece no tener fin tras un 2021 en el que sonaron las alarmas en las tablillas de cotizaciones ante la mirada atónita de un sector que ve cómo la combinación de oferta, demanda y especulación sobre los cereales le sumerge en la incertidumbre económica.

Subidas que no han bajado de los dos dígitos a lo largo de 2021, destacando el caso del pienso para cerdos ibéricos, con repuntes entre el +23 y el +27,8% según el tipo de piensos, según los datos de la comparativa entre la semana 1 y 47 del año aportados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

Eso hace que, por ejemplo, el pienso para engordar ibéricos haya pasado de 267 a 356 euros/tonelada entre enero y noviembre. En ovino/caprino la horquilla está entre el +17 y el +19%; en el vacuno (12-19%); avícola (15-19%) y cerdos (19-24%).

Con un panorama así, la directora de la Asociación Española de Productores de Huevos (Aseprhu), Mar Fernández, habla del gran “impacto” que ha tenido en este sector y da por hecho que seguirán las subidas, al menos, hasta mediados de año.

LA COMPRA DE ESTAS MATERIAS PRIMAS REPRESENTA EL 70 % DE LA FACTURA DE LOS INSUMOS

Fernández ha recordado que en noviembre de 2019, antes de la llegada de la pandemia, los piensos de ponedoras costaban 244 euros/tonelada de media mientras que dos años más tarde (noviembre de 2021) la cotización rondaba los 351 euros/tonelada, es decir, 107 euros más.

Es una “barbaridad” porque la compra de estas materias primas representa el “70%” de la factura de los insumos.

Para Fernández, se trata de una de las crisis de precios más relevante de los últimos tiempos y recuerda que su asociación nació, precisamente, en 1995 cuando se dio una situación así.

A pesar de todo, a la asociación no le consta que haya habido cierres pero “sí hay muchas reticencias y dudas a la hora de hacer inversiones” y “un sector que no invierte está condenado a no ser competitivo”.

Por su parte, el director de la Asociación de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), Miguel Ángel Higuera, habla de que la subida de costes hace que este sector arranque el año en una situación económica “bastante difícil”.

Son precios “excesivamente altos” y en un contexto en el que quieren “seguir trabajando” para “recuperar exportaciones a terceros” destinos y avanzando en sanidad y en bienestar animal.

Según Higuera, en 2021 los costes de producción subieron entre un “12 y un 16 %” en función del tipo de granja de cerdos y su modelo de producción.

Menos afectada ha resultado, en cambio, la ganadería ovina pero no porque se haya salvado de la carestía de los piensos sino porque ha podido compensarlo con buenos precios de venta de los corderos.

También a amortiguar esa subida contribuye que sea un sector con más crianza en extensivo y, por lo tanto, menos dependencia de los piensos y con animales, como los corderos, que pueden sacrificarse “con poca edad” respecto al sector porcino o el vacuno, según ha reseñado el presidente de la interprofesional del ovino y el caprino de carne (Interovic), Raúl Muñiz.

Como es lógico, detrás de ese incremento del precio de los piensos se encuentra la carestía de los cereales y de las proteaginosas.

Si se echa un vistazo a las tablillas, el trigo duro encabeza sin contestación las subidas porque se ha encarecido un 92,91% en 2021 y un +96,69% desde julio, cuando arrancó la nueva campaña cerealista.

Se coloca ahora en los 535 euros/tonelada (precios al por mayor) frente a los 272 de hace seis meses.

FACTORES COMBINADOS QUE HAN CAUSADO UNA “TORMENTA PERFECTA”

Según el secretario general de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe), José Manuel Álvarez, el trigo ha sido el “gran protagonista” con cotizaciones “máximas históricas” impulsadas por las tasas a la exportación impuestas por Rusia que es uno de los mayores productores mundiales, el incremento de precios de los fletes y por la crisis energética.

Así, el trigo ha sido el “catalizador de las subidas del resto de los cereales, con un acusado efecto de arrastre”, según ha indicado a Efeagro. La avena le sigue, a distancia, con un +62,62% en un año y un +57,36% desde julio, hasta colocarse ahora en los 304,5 euros/tonelada.

La cebada, la cebada de malta, el trigo blando y el maíz le siguen en este ránking mientras que la soja, también esencial para el ganado, se encuentra en un precio parecido al de hace un año, si bien retomó la escalada alcista con el arranque de la campaña en julio y ya está al +17,25%.

Álvarez ve ese mercado de las proteínas “más tranquilo” aunque “también han sufrido las consecuencias de fletes desorbitados, desequilibrios en la paridad euro/dólar y la intervención en la soja de fondos de inversión especulativos».

En líneas generales, habla de factores combinados que han causado una “tormenta perfecta” y que impide, “a medio plazo, visualizar un escenario de descenso acusado de las cotizaciones”.

Cree que los escenarios de “volatilidad extrema no son buenos para nadie” ya que producen un efecto de “incertidumbre” que “desorienta tanto a vendedores como a compradores, genera tensiones y desequilibra un mercado especialmente sensible del que depende gran parte de la cadena de la alimentación humana y animal”.

A pesar de ello, espera que “poco a poco” se pueda recuperar “un poco de la ‘normalidad’ perdida en estas dos últimas campañas”.