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El éxito de la vacuna: El pasado año deja cien muertos menos que en 2020 con el triple de contagios en Córdoba

Durante 2021, solo el 4,4% de los 72.303 cordobeses infectados necesitó atención hospitalaria

Diciembre fue el mes con más positivos detectados (23.641) y febrero, el que anotó más muertes (195)

Todavía hoy hay quien duda del éxito de la vacuna para contrarrestar los efectos del covid. Apenas son dos de cada diez españoles, algo menos en Andalucía y Córdoba, que marca el ritmo del plan de inmunización en la comunidad; el resto ha sido inoculado en poco más de un año, incorporándose hace solo un mes los menores de 5 a 11 años, coincidiendo con la inyección de la dosis de recuerdo para los mayores. Queda así patente el logro de la campaña de vacunación. Pero no solo porque la aceptación ha sido altísima, sino porque los resultados de la misma se han dejado notar en la evolución de la pandemia, hasta el punto actual protagonizado por la variante ómicrom: más infecciones, incidencia desorbitada, pero menos invasión, menos gravedad y, sobre todo, menos letalidad.

Unos parámetros que quedan perfectamente reflejados en el análisis del informe covid de 2021 que el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), con los datos aportados por la Junta desde la Consejería de Salud y Familias, ha publicado este fin de semana. La comunidad acumuló durante el pasado año 736.064 contagiados, de los que 35.484 requirieron atención hospitalaria y 5.869 terminaron perdiendo la vida; en 2020, año de irrupción del virus SARS-CoV-2, los positivos fueron 271.989, con 24.585 ingresos y 5.740 muertes. A primera vista se observa entre uno y otro año un notable incremento de infecciones que no tiene continuidad en las hospitalizaciones y los decesos. ¿Por qué? La respuesta parece fácil: el antídoto de la vacuna.

De todas las provincias, la que mayor porcentaje de aceptación del fármaco ha tenido desde primera hora ha sido Córdoba. Y como no puede ser de otra manera, eso también se refleja en sus números. El 2021 recién finalizado dejó 72.303 contagios, casi el triple de los 26.569 anotados en los nueve primeros meses de la pandemia, cuya aparición oficial en España se produjo en marzo de 2020. Sin embargo, ese crecimiento no se ha reflejado (por fortuna) en los otros parámetros: las muertes se redujeron prácticamente en un centenar, pasando de 613 en el primer año a 514, y las hospitalizaciones, si bien crecieron –de 2.523 (266 ingresos en UCI) a 3.194 (442)–, lo hicieron en una proporción menor que un año antes.

Evolución de la transmisión durante el pasado año en la provincia.
Evolución de la transmisión durante el pasado año en la provincia. / Departamento de Infografía

De hecho, cayeron en más de la mitad. En 2020, la gravedad de un virus totalmente desconocido, que se cebó principalmente con personas de mayor edad, provocó que prácticamente uno de cada diez infectados (9,5%) tuviera que ser ingresado en alguno de los hospitales de la provincia para tratar la enfermedad (un 1% en UCI). Ese porcentaje, en el año recién finalizado, bajó hasta el 4,4% (y 0,6% en críticos), y eso que durante esos meses surgieron primero la variante delta y luego la ómicrom. De la comparativa, lógicamente, queda fuera el subidón asistencial experimentado en estos primeros días de enero, consecuencia directa de la explosión de los contagios que ha traído la sexta ola.

Esa caída de los hospitalizados, que refleja los cambios de tendencia del coronavirus, también queda patente en los fallecimientos. Si bien la cifra ya es menor en el global en casi un centenar (99 muertes), porcentualmente aún se nota mucho más. En la fase inicial de la crisis sanitaria, el 2,3% de los contagiados acabó perdiendo la vida, circunstancia que en 2021 solo pasó con el 0,7% de los infectados. Y eso que el pasado invierno, prácticamente hace un año, Córdoba vivió sus momentos más negros.

Con la campaña de vacunación recién empezada y después de que la Navidad se viera con cierta normalidad, esos excesos terminaron disparando primero los indicadores de transmisión –contagios e incidencia– para luego traducirse en muertes. Así, hasta la irrupción reciente de ómicrom, demostrada ya como mucho más infecciosa, pero notablemente menos invasiva, la llamada tercera ola acaparó los topes en la provincia. Salud notificó en enero 13.121 positivos, casi la mitad de los registrados durante el año anterior, en nueve meses –y en torno al 12,4% del total–, algo que desbocó la tasa hasta superar algunos días la barrera del millar de casos por 100.000 habitantes; al cierre del mes, marcaba 894,0.

Pero fue febrero al que le tocó vivir la cara más amarga. La inercia de esa carga de contagios terminó por afectar a la presión hospitalaria, pues de hecho el récord en toda la pandemia está en los 452 ingresados, con 82 en la UCI, de mediados de ese segundo mes. Y también tuvo su reflejo en las muertes, pues fueron 195 las que se anotaron en esos 28 días, a casi siete de media. Esto supone el 17,2% de los 1.131 decesos que se han producido en la provincia en estos ya casi 22 meses de crisis sanitaria.

Tasas de incidencia mes a mes en Córdoba.
Tasas de incidencia mes a mes en Córdoba. / Departamento de Infografía

A partir de ahí, el covid dio algo de respiro mientras la vacunación, entonces con las primeras dosis y con una desescalada en las franjas de edad, iba avanzando. A partir de abril llegaron los primeros datos de cobertura completa –ahora el concepto habrá que reajustarlo por la dosis de refuerzo– con el resto de parámetros en buenas cifras, escasamente con algunos dientes de sierra poco importantes. Hasta que ya en verano, cuando las temperaturas y las ganas de disfrute se tradujeron en una bajada de guardia, apareció la quinta ola, que volvió a dejar picos de contagio y tasa en julio, y muertes en agosto pese a que la inmunización rozaba ya el 80% de la población.

Superado ese bache, con el final de la época estival la mejora de los indicadores –en letalidad se notó sobre todo en noviembre– permitió aliviar las limitaciones y dar la bienvenida a una nueva normalidad en Córdoba, rota ahora con la irrupción de ómicrom, que quebró en diciembre todos los registros de transmisión hasta entonces vistos (23.641 positivos y una incidencia de 1.838,5 casos que ha aumentado hasta superar los 2.500). Con la capacidad asistencial resistiendo, aún toca esperar algún tiempo para ver cómo acaba de comportarse en el parámetro de la mortalidad, si bien alcanzar los registros de hace un año parece complicado.