Feijóo gana pero se queda corto y Sánchez tiene la llave para intentar gobernar
La suma de PP y Vox, con 169 escaños, se queda lejos de la mayoría absoluta mientras que el PSOE y Sumar podrían conseguir la investidura con sus socios de la pasada legislatura, si logran la abstención de Junts
La España de 2023, no la que algunos imaginan y anhelan sino la verdadera, la real, no ha querido este domingo que haya un Gobierno de derechas con Santiago Abascal de vicepresidente. La voz de la calle se ha impuesto a las encuestas, sobre todo de las que pronosticaban que habría suma de PP y Vox de sobra.
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Alberto Núñez Feijóo se ha quedado muy lejos de sus expectativas con solo 136 escaños mientras que Pedro Sánchez protagoniza otro capítulo épico en su trayectoria, al resistir con 122, dos más que en 2019.
Pero los números no son suficientes para reeditar el Gobierno de coalición porque necesitaría la abstención de los siete diputados de Junts, que durante la campaña ya advirtieron que no facilitarían la gobernabilidad. Hace cuatro años ya votaron en contra de Sánchez. Y, además, los socialistas ahora le han arrebatado a Xavier Trias, la Alcaldía de Barcelona. Una decisión que ahora puede suponer en escollo.
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El PP gana en votos y en escaños, pero afronta las negociaciones con poco margen
España, a la espera de las conversaciones entre partidos que se produzcan a partir de esta noche, resulta ingobernable porque ni Sánchez ni Feijóo tienen apoyo suficiente para lograr la investidural Eartido de Carles Puigdemont se convierte en una pieza clave. El balance de las elecciones generales es una situación de bloqueo. Si la ecuación no se resuelve podrían celebrarse unas segundas elecciones en unos meses.
Aunque la noche ofrece algunas primeras señales de que podría haber Gobierno. La candidata de Junts, Miriam Nogueras, compareció sin dar un portazo a Sánchez. «Es una oportunidad, se abre una nueva etapa por el cambio, para recuperar la unidad. Las cosas se han de empezar a hacer de forma diferente», afirmó. «Nosotros no haremos presidente a Pedro Sánchez a cambio de nada«, manifestó. Y el propio presidente del Gobierno, sin contener la alegría, en sus primeras declaraciones en Ferraz fue muy claro: «Somos más los que queremos que España avance y así seguirá siendo». Una afirmación que señala a las claras que intentará el acuerdo con Junts.
A pesar de ello, el PP reivindica su derecho a intentar gobernar, después de haber sido el partido más votado (la diferencia con el PSOE no llega a 300.000 sufragios). Destacan que han subido 45 escaños respecto a 2019 y avanzan que Feijóo pedirá al resto de partidos su apoyo. A lo largo de la campaña ya avanzó que reclamaría la abstención del PSOE.
FUENTES: CADENA SER
El resurgir del bipartidismo marca el resultado electoral del 23-J y pone cara la gobernabilidad
Que esto se materialice, según las declaraciones previas de la dirección socialista, parece imposible. Sánchez ha dicho por activa y por pasiva que no se abstendrá con el argumento de que el PP no lo hizo por él hace cuatro años y de que a los populares no se le ha ocurrido pensarlo ahora, antes de firmar el acuerdo en Extremadura con Vox, donde han sido segunda fuerza.
En contra de los pronósticos, el bloque progresista ha aguantado con solvencia. Feijóo ha estado muy lejos de sus propias predicciones (155) y Vox se ha hundido. La ultraderecha obtiene solo 33 diputados, 19 menos que hace cuatro años. Sumar, la plataforma de Yolanda Díaz, logra mantener a flote a la izquierda a la izquierda del PSOE a pesar del hundimiento progresivo de Podemos, con 31 parlamentarios frente a los 35 de 2019.
El candidato del PP, al que muchos han querido ver ya presidente del Gobierno, no tiene opciones de llegar a la Moncloa. La suma con Vox solo ha conseguido 169 escaños, cuando la mayoría absoluta son 176. Y apenas cuenta con otros apoyos, el diputado de Coalición Canaria y el de Unión del Pueblo Navarro (UPN). Feijóo solo podría ser investido con la abstención o el voto de favorable de Junts y no parece probable.
En el otro lado, el del bloque progresista, el PSOE y Sumar han sobrevivido a la ola conservadora que pareció emerger en las autonómicas y municipales del 28M y cuentan con la ventaja de tener más socios en el Congreso. ERC, aunque su resultado ha sido malo, conserva seis diputados (tenía 13); EH Bildu supera por primera vez al PNV y esta legislatura contará con otros seis, uno más que en 2019. Justo el que pierden los nacionalistas vascos, que bajan de cinco a cuatro. El BNG permanece en la Cámara con un parlamentario mientras que pierde el suyo Teruel Existe. Menos formaciones ahora que en 2019, un Parlamento, por tanto, menos atomizado. Sánchez vuelve a renacer contra pronóstico e intentará una investidura muy complicada
Juan Ruiz Sierra
La euforia del PSOE era anoche incontenible. Sánchez pronosticó remontada y ha sucedido. Queda contrastado que acertó con el adelanto electoral. Lo decidió la misma noche del batacazo del 28M, de manera totalmente inesperada. Sin dejarse margen para intentar dar la vuelta a la tendencia en contra de la izquierda y aprovechar a su favor la presidencia española de la UE. El dirigente socialista comprendió en esas horas que existía una ola de rechazo contra él y contra lo que había representado el Gobierno de coalición y que la única manera de testar su verdadero alcance era llamando a las urnas a la ciudadanía. Y ha parado el supuesto cambio de ciclo, con el respaldo de 7,6 millones de personas frente a los ocho del PP.